En un sistema se adquiere un segundo disco duro que se debe preparar para instalar distintos sistemas operativos. Para ello se parte de los siguientes requisitos:
- Partición 1. 30 GB para instalar un S.O. Windows 10.
- Partición 2. 512 MB para instalar un S.O. Windows 10.
- Partición 3. 8 GB para instalar un S.O. GNU/Linux Ubuntu
- Partición 4. 2048 MB para ser utilizada como SWAP
- Partición 5. 4 GB para intercambio de datos entre sistema Windows y Ubuntu
- Partición 6. 10 GB para guardar datos en S.O. Ubuntu
- Partición 7. 10 GB para guardar datos con seguridad en Windows
El disco duro es de 100 GB y se desea que, si sobra espacio sin asignar se puede utilizar más adelante para crear nuevas particiones donde almacenar ficheros.
Utiliza sistema de particionamiento basado en el uso de MBR.
Solución
Si nos fijamos segúin el enunciado necesitamos crear 7 particiones. Si utilizamos MBR, que es el que vamos a utilizar porque nos lo dicen en el enunciado, tan solo podremos crear como máximo 4 particiones primarias.
Así que, tendremos que crear una partición extendida dentro de la que crearemos las particiones lógicas que necesitemos. De esta forma podremos crear todas las particiones que nos solicitan en el enunciado.
Seleccionar el tipo de particiones
Ahora deberíamos decidir qué particiones del enunciado deberán ser primarias y cuáles deberán ser lógicas. Hay que tener en cuenta que la partición extendida es un tipo de partición primaria, por tanto tan solo tenemos espacio para tres particiones primarias.
Los sistemas operativos de Microsoft, Windows 7/8/10 así como los distintos Windows Server, se tienen que instalar en una partición primaria obligatoriamente.
Desde Windows 7 en adelante se crean dos particiones al instalar el sistema operativo. En el caso de Windows 7 se crea una partición de 100 MB y en el caso de Windows 10 se crea una partición de 512 MB de sistema. Esa partición se utiliza para el arranque del sistema. Además, se necesita otra partición donde se almacenará el sistema operativo Windows en sí.
Por tanto las dos particiones para el sistema operativo Windows 10 tendrán que ser primarias.
La otra primaria se la podemos asignar a la partición en la que vamos a instalar GNU/Linux Ubuntu. Esto no es estrictamente necesario, desde hace un tiempo, las distribuciones de GNU/Linux se pueden instalar y utilizar en una partición lógica. Sin embargo, por temas de eficiencia y rendimiento es mejor tener el sistema de ficheros principal del sistema operativo GNU/Linux en una partición primaria.
- Partición 1. 30 GB para instalar un S.O. Windows 10. Primaria
- Partición 2. 512 MB para instalar un S.O. Windows 10.Primaria
- Partición 3. 8 GB para instalar un S.O. GNU/Linux Ubuntu Primaria
- Partición 4. 2048 MB para ser utilizada como SWAP Lógica
- Partición 5. 4 GB para intercambio de datos entre sistema Windows y Ubuntu Lógica
- Partición 6. 10 GB para guardar datos en S.O. Ubuntu Lógica
- Partición 7. 10 GB para guardar datos con seguridad en Windows Lógica
Realizando el particionado
Para llevar a cabo el caso práctico vamos a utilizar una máquina virtual y el sistema operativo en live-CD System rescue CD.
Primero añadimos el disco duro que hemos comprado a la máquina virtual. Esto es como si conectarmos el disco duro que hemos comprado dentro de la máquina en un puerto SATA.
Vamos a crear una nueva unidad de disco duro virtual.
Una vez entramos en la intergfaz gráfica de usuario de System Rescue CD, lanzamos gparted. Nos vamos a encontrar, si hemos seguido el caso práctico anterior, con dos unidades de disco duro, una de 60GB y otra de 100GB. Debemos seleccionar la de 100GB que es la que vamos a configurar.
Ahora debemos crear una tabla de particiones para poder trabajar con este dispositivo de almacenamiento.
Ahora seleccionamos el tipo de tabla de particiones que queremos usar, en nuestro caso msdos.
Una vez creada la tabla de particiones, más concretamente el MBR y la tabla de particiones vacía, ya podemos crear particiones en nuestro disco duro.
Ahora creamos las particiones primarias según el enunciado.
Ya hemos creado las tres particiones primarias, así que ahora tenemos que crear la partición extendida donde crearemos las particiones lógicas necesarias.
El detalle está en el tamaño de la partición extendida. Salvo que tengamos alguna razón desconocida, por ejemplo que tengamos espacio para más particiones primarias, la partición extendida suele ocupar todo el espacio libre que queda en el disco.
Esto es así, porque dentro de esa partición extendida vamos a crear partciones lógicas. Si dejamos espacio sin asignar fuera de la partición extendida, teniendo ya tres particiones primarias ese espacio quedaría desaprovechado para siempre.
Conociendo esto, tenemos que crear una partición extendida que ocupe todo el espacio libre.
Ojo, las particiones extendidas no tienen sistema de ficheros, puesto que guardan particiones lógicas. Las particiones primarias y lógicas si que tienen sistemas de ficheros.
Ya hemos creado las particiones, ahora tenemos que aplicar los cambios para que la herramienta gparted los realice en el disco duro.
Pulsamos aplicar y esperamos a que se lleven a cabo las operaciones.
Vamos a echar un vistazo al proceso que se ha llevado a cabo.
Si nos fijamos, lo primero que se hace es crear la partición vacía. Es decir, crea la entrada en la tabla de particiones con el sector de inicio y de fin de la partición.
Solo con ese paso no es suficiente para poder guardar datos en esa partición. Con esto lo único que se ha hecho es crear la entrada donde se delimita la partición en el disco duro. Para poder guardar datos, es decir ficheros, hay que crear un sistema de ficheros.
Para asegurarse de que no quedan restos de un sistema de ficheros anteior, gparted limpia el posible sistema de ficheros que pudiera haber en dicha partición.
Ahora establece el tipo de partición, que en este caso será NTFS. Esto sirve para que el S.O. pueda conocer el tipo de sistema de ficheros que se utilizará en esa partición y de esta forma poder acceder a los datos almacenados en ella.
Por último, una vez que está creada la partición en la tabla de particiones, con toda la información necesaria para poder utilizarla, como son sector de inicio y fin, tamaño y tipo de partición, gparted crea un nuevo sistema de ficheros en esta partición.
El proceso de crear un nuevo sistema de ficheros, habitualmente, es conocido como formatear la partición.
Podemos echar un vistazo a las características del sistema de ficheros recien creado, por ejemplo al tamaño del cluster o unidad de asignación.
Con esto hemos dejado preparado el disco duro con los requisitos que nos pedían.
Además, podemos seguir creando particiones lógicas si así lo decidimos dentro de la partición extendida puesto que tenemos espacio no asignado.
Que continue la diversión…
Ahora que tenemos preparado nuestro disco duro, nuestro jefe nos pide que instalemos y configuremos un sistema dual. Un sistema dual es un sistema informático que tienen dos o más sistemas operativos.
Habitualmente los sistemas duales suelen contar con un sistema operativo de tipo Windows y otro de tipo GNU/Linux. Si esto es así, primero instalamos el sistema operativo de Microsoft y después instalamos la distribución GNU/Linux. Este orden debe ser así porque Windows al instalarse instala un programa de arranque en el MBR del disco duro donde se instale, si existía otro programa de arranque previo lo sobrescribe.
GNU/Linux, por norma general, permite instalar un gestor de arranque que es un programa que permite seleccionar al usuario qué sistema operativo quiere utilizar a través de un menú. Es más, en el asistente de instalación antes de instalar el gestor de arranque se buscan otros sistemas operativos instalados previamente para crear una entrada en el menú que permita seleccionarlos y ejecutarlos.
En el caso de Microsoft directamente se sobrescribe el programa de arranque sin buscar otros sistemas operativos, salvo los del propio Microsoft.
Apagamos la máquina virtual para poder comenzar con la instalación de Windows.
Antes de instalar ningún sistema operativo, vamos a desconectar el disco duro inicial con el que realizamos el primer paso del caso práctico.
Insertamos el DVD de instalación de Windows 10
Ahora lanzamos la máquina virtual y entramos en el asistente de instalación de Windows 10.
Seleccionamos el idioma español y pulsamos siguiente.
En nuestro caso vamos a realizar una instalación nueva, sin embargo desde el DVD de instalación también podemos acceder a una serie de herramientas de recuperación.
Seleccionamos el tipo de sistema operativo.
Ahora debemos seleccionar la partición en la que se va a instalar Windows 10, es decir la partición de 30 GB que hemos creado previamente.
Como ya habíamos creado una partición de 512MB con sistema de ficheros NTFS, el instalador de Windows la utilizará como partición de sistema. Comienza el proceso de instalación…
Ya tenemos instalado Windows 10. Vamos a echar un vistazo a las particiones que hemos creado utilizando gparted desde el sistema operativo Windows 10.
Para ello, la primera opción sería utilizar el navegador de sistemas de ficheros Windows Explorer o Explorador de Windows. El acelerador de teclado para lanzar el Explorador de Windows es WND+E.
Si nos fijamos, solo se muestran cuatro unidades lógicas que se corresponden con cuatro particiones. Según esto, nos faltan tres particiones, en concreto, aparte de la extendida, nos faltan las particiones con sistemas de ficheros no nativos de microsoft: ext4 y swap.
Vamos a comprobar las particiones en la herramienta de administración de dispositivos dentro de adeministración de equipos.
Las particiones están creadas y tienen sistema de ficheros sin embargo no se muestran porque el sistema operativo no reconoce los sistemas de ficheros que se utilizan en estas particiones. Por eso, no se muestran como unidades lógicas dentro de Windows.
Instalando lubuntu
Ahora tendríamos que instalar Linux. Para ello apagamos el sistema y añadimos un DVD de instalación de GNU/Linux.
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